La atención temprana se puede aplicar desde el momento del nacimiento hasta los 6 años de edad.
Hay dos clases de atención temprana:
Terapéutica, cuando el niño o niña efectivamente tiene algún problema en su desarrollo.
Preventiva, cuando el niño o niña se está desarrollando correctamente por el momento, pero está en riesgo de sufrir algún trastorno de desarrollo a corto o medio plazo.

La atención temprana favorece el desarrollo de los niños y niñas entre 0 y 6 años. Les ayuda a desarrollar sus capacidades, comprender mejor el mundo que les rodea, desarrollan su inteligencia emocional, aprenden a relacionarse con los demás y comunicarse. También mejoran sus funciones motoras (equilibrio, reflejos, precisión…)
Si el niño o niña tiene algún problema en el desarrollo puede mejorar mucho, y en algunos casos incluso resolverse por completo, si se actúa con rapidez. El cerebro de los niños hasta los 6 años es más receptivo: puede adaptarse y reorganizar sus funciones.
Cuanto antes reciben atención temprana, mucho mejores son los resultados. Si puede recibir atención temprana nada más nacer, mejor no esperar a que tenga un año.
SUBVENCIONADO POR LA DIPUTACIÓN FORAL DE BIZKAIA

Conoce a nuestras profesionales:

Iratxe Sánchez
Psicóloga infantil y directora del centro

Olalla Delgado-Yumar
Logopeda y Logofoniatra

Raquel Bolívar
Especialista en psicomotricidad

Irene Suárez
Fisioterapia Pediátrica
Máster Neurofisioterapia

Tamara Ramos
Especialista en Neuropsicólogía infantil y atención temprana
¿Necesita mi hijo o hija atención temprana?
Es muy evidente que el niño o niña necesita atención temprana cuando tiene algunas circunstancias muy concretas o se ha diagnosticado un problema de salud que afectará a su desarrollo general:
Ha nacido prematuramente
Es adoptado, o procede de un ambiente desfavorecido
Se le ha diagnosticado algún síndrome: Down, Prader-Willi, Rett, Williams, X-Frágil, etc.
Sufre de parálisis cerebral, ya sea de nacimiento o adquirida por alguna enfermedad o accidente
Sufre de espina bífida
Tiene síntomas del espectro autista
Tiene déficit de atención (con o sin hiperactividad)
Se comunica con dificultad (problemas de lenguaje)
Es muy evidente que el niño o niña necesita atención temprana cuando tiene algunas circunstancias muy concretas o se ha diagnosticado un problema de salud que afectará a su desarrollo general:
Ha nacido prematuramente
Es adoptado, o procede de un ambiente desfavorecido
Se le ha diagnosticado algún síndrome: Down, Prader-Willi, Rett, Williams, X-Frágil, etc.
Sufre de parálisis cerebral, ya sea de nacimiento o adquirida por alguna enfermedad o accidente
Sufre de espina bífida
Tiene síntomas del espectro autista
Tiene déficit de atención (con o sin hiperactividad)
Se comunica con dificultad (problemas de lenguaje)
En otras ocasiones no hay un diagnostico claro, pero hay signos de alarma que pueden hacerte sospechar que algo no va bien:
No mantiene la mirada
No es capaz de sostener la cabeza
Se mueve con dificultad, no tiene el control del cuerpo que se espera a su edad
Tiene problemas de comportamiento
Le cuesta mucho relacionarse con otros niños
No se integra bien en el colegio
En otras ocasiones no hay un diagnostico claro, pero hay signos de alarma que pueden hacerte sospechar que algo no va bien:
No mantiene la mirada
No es capaz de sostener la cabeza
Se mueve con dificultad, no tiene el control del cuerpo que se espera a su edad
Tiene problemas de comportamiento
Le cuesta mucho relacionarse con otros niños
No se integra bien en el colegio
¿Cómo mejorará la vida de mi hijo o hija?
El objetivo de la atención temprana es que el niño o niña se desarrolle lo mejor posible, como cualquier otro niño o niña de su edad. En atención temprana trabajamos para que:
Compense las dificultades que pueda tener
Reduzca los efectos de sus carencias en su desarrollo global
Prevenga efectos o déficits secundarios asociados a un trastorno o situación de riesgo
El niño o la niña pueda adaptarse a sus necesidades específicas
La familia supere esta etapa del desarrollo del niño o niña.
La atención temprana se basa en una serie de programas terapéuticos, adaptados a las necesidades de cada niño o niña que llega a nuestro centro. Trabajamos la cognición, las habilidades sociales, la percepción y el lenguaje.
Por supuesto, el niño o niña es lo más importante en todo el proceso: aprende a superar sus propias dificultades y no darse por vencido. Es quien marca el ritmo, y si lo ayudamos a implicarse al máximo en el tratamiento, los resultados serán mejores. Por eso es fundamental motivarlo.
Los padres y madres tienen un papel muy importante en la terapia. Te daremos información, pautas y asesoramiento; Eres parte fundamental en el tratamiento para que tu hijo o hija desarrolle todo su potencial
También nos coordinamos con la guardería o colegio donde llevas a tu hijo o hija. Les damos la información y las pautas necesarias para que todos vayamos en la misma dirección y tu hijo o hija se desarrolle correctamente.
Si todos cumplimos con nuestra parte, quien más se beneficiará será tu hijo o hija:
Potenciará sus capacidades físicas, intelectuales y afectivas
Se integrará mejor en el colegio
Su entorno estará mejor adaptado a sus necesidades
El niño o la niña pueda adaptarse a sus necesidades específicas

Potenciará sus capacidades físicas, intelectuales y afectivas
Se integrará mejor en el colegio
Su entorno estará mejor adaptado a sus necesidades
El niño o la niña pueda adaptarse a sus necesidades específicas
