Después de las vacaciones de verano es habitual que a los niños y niñas les cueste la vuelta al cole. Tras casi tres meses sin obligaciones ni responsabilidades, llega el momento de retomar las rutinas y cumplir con los objetivos y tareas que marca el colegio.
A continuación os facilitamos algunos consejos que pueden ayudaros a que este proceso sea un éxito:
- Acompañar el despertar con un buen desayuno. Así, comenzarán el día con energía y podrán tener un buen rendimiento, tanto físico como intelectual.
- Establecer una rutina de sueño que incluya un período de tranquilidad antes de la hora de dormir, estableciendo un horario continuo.
- Motivar a los niños a realizar alguna actividad extraescolar, relacionada con sus intereses y gustos, no es recomendable que el niño haga una actividad extraescolar por obligación, es importante que sea consensuado con el niño.
- Elaborar una rutina de las responsabilidades que va a tener el niño cada día (asearse la cara y las manos, vestirse, lavarse los dientes, desayunar, hacer los deberes…), podéis ayudaros de imágenes y hacer un cartel juntos que podéis colgar en un sitio visible de la casa, para que el niño pueda recordar con más facilidad lo que tiene que hacer.
- Cambiar los hábitos alimenticios. Distintos estudios e investigaciones insisten en la relevancia de la alimentación en el rendimiento escolar. En los meses estivales, es frecuente que se cambien los hábitos alimenticios, por lo que al comienzo del curso se debe adoptar de nuevo una dieta equilibrada para estudiar.
- Establecer un límite gradual en el uso de las nuevas tecnologías (ordenador, móvil…) Es normal que en verano estén más tiempo utilizándolos pero a medida que se acerca el curso les iremos acortando el tiempo.
- Acordar unos pequeños objetivos sobre el próximo curso. Esos objetivos se establecerán por escrito al igual que las recompensas si no se cumplen. Por ejemplo, preparar la mochila el día antes, hacer todos los deberes del fin de semana entre el viernes o el sábado por la mañana para así dejar el sábado tarde y domingo libre, etc.
Si estas pautas se aplican con constancia podemos conseguir que la transición del verano al curso escolar sea satisfactoria.
¡ÁNIMO FAMILIA!